Magnificat, la música (y la voz) de los profesores

Magnificat, la música (y la voz) de los profesores

El 2 de mayo se inauguró el Festival de Ayyar. Conciertos todos los jueves del mes

Con el “concierto de profesores”, el jueves 2 de mayo se inauguró en Jerusalén la novena edición del “Festival de Ayyar”, la cita anual del Instituto Magnificat para promover la escuela de música de la Custodia de Tierra Santa. El instituto, cuyas actividades comenzaron hace casi 30 años, gracias a la iniciativa de fray Armando Pierucci, cuenta hoy con una media de unos 200 estudiantes al año y 25 docentes. Situado en el corazón de la ciudad vieja de Jerusalén, desde 2005 es la sede en el extranjero del conservatorio “Arrigo Pedrollo” de Vicenza (Italia). Este acuerdo permite a los alumnos obtener diplomas de primer y segundo nivel académico reconocidos en todo el mundo.

La palabra a los profesores

En el concierto del jueves 2 de mayo, se alternaron en el escenario varios profesores del Magnificat, que interpretaron un repertorio de música clásica muy variado desde el punto de vista estilístico. Los profesores actuaron tanto como solistas como en dúos. La música de piano, violín, violonchelo y saxofón resonó en la sala, envolviendo al numeroso público.  Se hallaban presentes también algunos representantes del cuerpo diplomático, entre ellos el cónsul italiano y el español.

Regreso a casa

Annie Aslanian nació y creció en Jerusalén y comenzó sus estudios musicales precisamente en el Magnificat, cuanto tenía ocho años. Se graduó y obtuvo un master en la Jerusalem Academy of Music and Dance (JAMD) y este año ha regresado como profesora de piano a las aulas a las que asistió como joven estudiante.  “Este siempre ha sido un hogar para mí. Me gusta ver a los niños más pequeños aprender cosas nuevas, mejorar y lograr resultados”. Tras el estallido de la guerra, ha seguido recibiendo a sus alumnos, intentando dedicarles un tiempo de calidad. “No hablamos de guerra, hacemos música. Todo alrededor es política, pero la música es un lenguaje universal, que va más allá de todo esto”.

Más allá de las diferencias

Después de su infancia y sus estudios de piano en Moscú, Daniel Sinchuk vinó con su familia a Israel y descubrió su pasión, el saxofón. Actualmente enseña principalmente en el conservatorio del kibutz Tsor’a. Llegó al Magnificat a través de un compañero y desde este año forma parte del equipo docente. Tiene cuatro alumnos de saxo y da clases dos veces a la semana. “Había oído hablar mucho de este lugar: es muy interesante, único diría yo, y me gusta enseñar aquí. Hay un ambiente profesional y una atmósfera cordial”. El profesor Sinchuk es un judío israelí y sus alumnos en el Magnificat son todos árabes. “Esto no es en absoluto un problema y también para los chicos es una experiencia muy importante. No creo que mis estudiantes y sus familias sean diferentes a mí, no me interesa si son judíos, árabes o cristianos… no creo que sea discriminatorio”.

Mayo en música

Ayyar es el mes de “mayo”. Todos los jueves, el Instituto Magnificat ofrece un concierto en el que actúan los profesores y alumnos de los cursos más avanzados. Este año, el último evento será una actuación de los alumnos más pequeños. Los primeros dos conciertos (2 y 9 de mayo) se celebran en el Auditorium Immaculata, dentro del complejo de San Salvador; el 16 de mayo el escenario será la catedral anglicana de St. George; el 23 de mayo el concierto tendrá lugar en la iglesia de Notre Dame, mientras que el concierto final, el 30 de mayo, será al aire libre, en el claustro de Santa Elena del convento franciscano de San Salvador.

Marinella Bandini